El río llevaba unos días bajando con caudales bastante altos (en torno a 70 m³/s) debido al deshielo tardío y abundante que estamos teniendo este año. Pero el asunto se me había puesto algo más favorable ese día, ya que el caudal había bajado a la mitad. Seguía siendo relativamente alto para pescar cómodamente pero por lo menos iba a poder ver a los peces que estuvieran más orillados y en aguas someras.
Y tanto que los vi, en gran cantidad. La pega para mi objetivo de pescarlos era que estaban concentrados en otra cosa. La ventaja para el objetivo a largo plazo, el seguir pescándolos muchos años, es que lo que pasaba es que se encontraban en plena freza. Así que no quedaba otra que relajarse, posicionarse, y observar este maravilloso espectáculo de la naturaleza. Aprovechando lo absortos en su tarea que estaban, logré acercarme a unos 3-4 metros de ellos (estando totalmente erguido) y grabarles en vídeo.
Espero que disculpéis la baja calidad del vídeo. Por un lado el equipo no es demasiado bueno (es mi cámara digital "de batalla" para ir al río) y por otro para que se viera algo tenía que poner mis gafas polarizadas por delante del objetivo [Edito el 30/6/2013: acabo de ver el vídeo tal y como está colgado y he podido comprobar que ha perdiddo mucha calidad por el camino, y eso que no andaba sobrado. Lo he colgado en youtube, y está un poco mejor. El enlace, AQUI]. Además lo que se ve no es la freza en sí, sino sólo el cortejo y agrupamiento de algunos ejemplares. El "momento álgido" sólo pude verlo justo en los momentos en los que no me encontraba grabando. Parece que no actúan si no cobran.
La mala noticia es que como resultado de las grandes riadas que se dieron en las cabeceras pirenaicas solamente un día después (en este punto se llegarían a alcanzar más de 600 m³/s) todas esas puestas se malograron. Pero esto tampoco es una catástrofe. Los barbos, que seguro que siguen en el río en su mayoría, tendrán un nuevo periodo de freza el año que viene, y el siguiente, y el siguiente y... Incluso no hay que esperar tanto.
Hace unos años leí el artículo de Oliva-Paterna et al. (2007): Estrategias reproductoras de Barbus graellsi y Chondrostoma miegii (Pisces, Cyprinidae) en el río Cinca (NE Penísula Ibérica) Estos investigadores observaron que, en periodo reproductor (junio), los oocitos de las hembras de barbo se encuentran en tres estadios diferentes de madurez. Esto pone en evidencia que realizan varias puestas espaciadas en el tiempo dentro de un periodo de freza. Y eso, claro está, supone una ventaja en medios tan fluctuantes. Nadie debe extrañarse por estos datos: la selección natural lleva milenios seleccionando a los individuos mejor adaptados a las variaciones de caudal bruscas que se suelen dar en estos ríos coincidiendo con la época de freza. Esto es especialmente esperanzador si además tenemos en cuenta que los barbo no se han visto sometidos a la gestión del "cisternazo" que sí han sufrido las truchas y podemos estar seguros de que prácticamente todos los individuos presentan estas adaptaciones.
Quién sabe. Quizá ahora mismo los alevines salidos de huevos puestos en la última semana, después de las riadas, esten nadando en ese río. Que tengan suerte.
Un saludo y ¡buena pesca!