Translate this blog

viernes, 8 de mayo de 2015

Aprendiz

A Cicerón, que vivió en el s. I a.C., le atribuyen la siguiente cita:

" Si quieres aprender, enseña"

 No podría estar más de acuerdo con esa frase. Llevo unos meses ejerciendo de profesor en un colegio en Zaragoza. Yo les transmito contenidos de Biología y Geología, así como de Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente. Ellos me enseñan a mantener la mente joven, abierta al conocimiento. Por supuesto, como todos los trabajos, tiene sus días malos, pero es una labor que me encanta y afronto cada día con la mayor ilusión.

Lo que no me esperaba era que además me aportaran conocimiento en la pesca. Hace poco uno de mis alumnos de CTM de 2º de Bachillerato, mosquero como yo, me chivó un buen destino cerca de su pueblo. El fruto de esa recomendación ya lo visteis el otro día, pues supuso la primera jornada exitosa de la temporada y trajo la primera entrada al blog en muchos meses.


El lunes, a la vuelta del fin de semana, se lo comenté y agradecí, por supuesto. Ayer, al llegar a clase me tendió una caja de anzuelos y al abrirla descubrí una pequeña efémera oliva con alas azuladas de CDC y un bonito y brillante perdigón. Ya me vais conociendo y sabréis que no soy demasiado amigo de perdigones. Pero prometo darle una oportunidad para intentar engañar alguna trucha con él. La que siempre guardaré en mi caja será esta pequeña y delicada imitación Sí que montaré alguna similar, pero esa me acompañará siempre como recuerdo del precioso gesto de un alumno.

Eso sí, nadie le salvará de tener que presentarse al examen de recuperación ;-P Él lo sabía al darme su regalo, y eso hace más grande su regalo.

lunes, 4 de mayo de 2015

Comunicación

Durante varios meses, demasiados para mi gusto, la comunicación a través de este blog ha permanecido interrumpida. Han sido escasas las salidas de pesca durante este tiempo y, no nos engañemos, así mi inspiración se ve muy limitada. Pero además de visitas al río, lago o embalse es necesario que los peces estén comunicativos para tener algo digno que contar.

Todas las veces que me he presentado en el río, frente a los peces, no he encontrado respuesta por su parte. Inactividad total en el agua ha sido la tónica general. Al menos cuando el agua estaba presentable, porque este año de abundantes lluvias los ríos han bajado por lo general demasiado caudalosos.


Pero todo eso cambió el otro día. Un río tranquilo, en una tarde calurosa, supusieron el punto de partida ideal. Por fin hubo comunicación entre peces y pescador. Al principio todo eran huidas ante mi sola presencia. Poco después empezaron los ascensos hacia la mosca que en el último momento acababan en rotundos rechazos. Hubo que esperar al final de la tarde para conseguir una picada franca seguida de la reacción acertada del brazo al otro lado de la caña.


A partir de allí la comunicación fue plena. Incluso en algunos momentos cada presentación del engaño era seguida de una tomada. Las capturas se fueron sucediendo a buen ritmo. La mayoría por parte de truchas párvulas, aunque por lo general muy bravías en la pelea.


También hubo tiempo para la sorpresa, con ejemplares de tamaño más agradecido, sobre todo en comparación con las demás. Uno debe mentalizarse de que eso es a lo que se enfrenta cuando decide explorar un pequeño río que apenas asoma entre los juncos, tamarices y sargueras. En este marco la pesca se hace más técnica, la precisión en el lanzado es vital para conseguir que la mosca atraviese esa maraña vegetal y acabe posándose frente a la trucha correctamente. Pero todo ese esfuerzo tiene su recompensa cuando ésta decide tomar la imitación y, por fin, brinda algo que contar. Espero que esto sólo sea el comienzo de una maravillosa temporada repleta de magníficas jornadas que compartir con todos vosotros.


Un saludo y buena pesca